
Cortesía de Google Cultural Institute. Ll mural completo se puede ver en detalle en este sitio.
Durante la Segunda Guerra Mundial, bajo la ocupación alemana, un grupo de artistas franceses en París organizó el Salón de Mayo antinazi. El grupo presentó su primera exposición en mayo de 1945.
Después de 20 años, el Salón de Mayo llegó a La Habana en la primera exposición colectiva del salón en las Américas.

Foto: El Archivo Segre, cortesía de New Art of Cuba.
Wifredo Lam había sido un participante frecuente en el Salón de Mayo en París.
En 1967, fue –junto a Carlos Franqui- el gran organizador del evento en la isla. Era la época de “luna de miel” de la revolución Cubana y los intelectuales europeos, años antes de que ocurriera “caso Padilla”.

Cortesía de Pinterest.
Más de un centenar de artistas de diferentes generaciones, entre ellos Alexander Calder, René Magritte y el amigo de Lam, Pablo Picasso, enviaron sus obras para la exposición o asistieron para participar en talleres, conferencias y mesas redondas.

Cortesía del Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana.
Junto a importantes artistas cubanos, ellos cumplieron con una antigua ambición de Lam: un mural colectivo que fue conocido como Cuba colectiva. Con un motivo central creado por el mismo Lam, el mural tenía una extensión de 10 metros de largo por 5 metros de alto (aproximadamente 33 x 16 pies), dividido en aproximadamente 100 segmentos diferentes.

Cortesía de La Jiribilla.
En La Jiribilla, Adelaida de Juan escribió: “Pintores, escultores, caricaturistas, diseñadores, poetas, narradores de diversos países se unieron a sus colegas cubanos para realizar, en una noche alucinada que llenó a La Rampa de canciones, danzas, música, bailarines de Tropicana y público espectador, hasta haber finalizado el mural ya de madrugada.”

Cortesía de La Jiribilla.
Entre los artistas cubanos que participaron en Cuba colectiva estuvieron Raúl Martínez, Umberto Peña, Antonia Eiriz, Mariano Rodríguez y Fayad Jamis, entre otros. Un espacio del mural, reservado para Fidel Castro, nunca fue llenado por él.
En su libro sobre el Salón de Mayo (2012), Llilian Llanes cita al intelectual francés Alain Jouffroy, uno de los participantes en Cuba colectiva, quien recordó el mural como «una especie de mapa del mundo cultural, tal como se podía ver y sentir en Cuba durante la década de 1960”.

Cortesía de Google Cultural Institute. Ll mural completo se puede ver en detalle en este sitio.
En el Museo Nacional de Bellas Artes, Cuba colectiva es la pieza central de La Gran Espiral. Cincuenta años del Salón de Mayo de 1967. Curada por Delia Ma. López Campistrous, la exposición incluye una selección de obras de artistas cubanos e internacionales que se exhibieron en el Salón de Mayo de 1967, y luego pasaron a la colección del museo Nacional. Las fotografías y los documentos proporcionan información adicional sobre el evento y su planificación.

Cortesía de Granma.
La Gran Espiral se cerró ayer, el lunes 11 de diciembre. Recuerda afectivamente un momento en la historia del arte cubano cuando, como escribió Llanes, el Salón de Mayo ofrecía un «rico universo de posibilidades artísticas a un pueblo que era con razón interesado y curioso. Una población que agradeció profundamente la oportunidad de ver por primera vez obras originales de arte contemporáneo internacional”.


Cortesía de La Jiribilla.