
Cortesía de Rafael DiazCasas
Janet Batet informa sobre el simposio de dos días que tuvo lugar en Miami a finales de abril. Aquí, en la parte 1, discute el panel sobre el arte cubano en Miami, con el informe sobre los paneles de artistas y curadores en la parte 2.
Entre el 28 y 29 de abril tuvo lugar el simposio Dialogues in Cuban Art (Diálogos en el arte cubano: Un intercambio entre La Habana y Miami) que, auspiciado por la Knight Foundation y acogido por el PAMM, contó con la dirección de Elizabeth Cerejido, curadora del proyecto.
El programa, que actúa como colofón de las visitas de artistas cubano-americanos a la isla entre el 27 de mayo y el 5 junio del 2015 y de artistas cubanos invitados a Miami entre el 20 y 29 de abril, procura -según advierte la plataforma de Dialogues In Cuban Art– “proveer una plataforma discursiva y expositiva que facilite un dialogo intelectualmente comprometido entre artistas cubanos y cubano-americanos, así como otros actores culturales, específicamente de La Habana y Miami, en un esfuerzo por expandir el entendimiento del arte cubano más allá de las demarcaciones geográficas.”
Sin lugar a dudas, el panel más enjundioso y estructurado de este medular simposio fue Mapping the Development of Cuban Art in Miami: Private Consumption, Public Circulation, moderado por el Doctor Juan Martínez e integrado por Ramón Cernuda, Fredric Snitzer, Howard Farber y Peter Menéndez.
Las esclarecedoras intervenciones enunciaban sucintamente momentos vitales por los que ha transitado la historia del arte cubano en Miami a través del coleccionismo, la promoción y la actividad comercial desde la llegada de la primera ola de inmigrantes cubanos en los años sesenta y hasta nuestros días. Un lujo que pocas veces tenemos la oportunidad de disfrutar, incluso en el sur de La Florida donde falta mucho por hacer en lo que refiere a la sistematización y estudio del arte cubano y cubano-americano, así como su incidencia en el desarrollo de las artes de esa área.

Foto: René Azcuy
El Doctor Juan Martínez, en su magistral introducción, puntualizaba las diferentes generaciones de artistas cubanos interactuantes en la escena del sur de La Florida en los últimos cincuenta años:
(…) en el caso de Miami hay diferentes grupos. Está el grupo de artistas cubano-americanos que emergieron en la década de los 70 y los 80 en la ciudad. Está la generación de El Mariel. Está la generación de los 80, ambos, los que trabajaron en la primera y en la segunda mitad de la década; de hecho muchos de ellos vinieron a vivir a Miami y todavía hoy hacen su obra aquí. Y, luego, está la generación post 2000, algunos de ellos radicados aquí, otros de paso, pero en ambos casos, exhibiendo y vendiendo sus obras aquí.
Cuban Art in Miami. Past, Present and Future: Fifty Years In Fifteen Minutes, la pertinente y articulada presentación de Ramón Cernuda, apuntó momentos esenciales dentro de este decursar de medio siglo en la ciudad de Miami. Entre ellos, la mención al papel medular de la Bacardi Art Gallery, fundada en 1964, primera galería en hacer exposiciones dedicadas al arte cubano en la ciudad; el papel pionero que jugara la Forma Gallery, fundada en 1977, primera galería comercial consagrada al arte latinoamericano en Miami; así como Meeting Point Gallery y la fundación del Cuban Museum of Arts and Culture que, fundado en Little Havana en octubre de 1982, devino el nuevo epicentro de la cultura cubana en la ciudad, al tiempo que el coleccionismo local del arte cubano continuaba creciendo.

Cortesía the305.com
Otro hito esencial apuntado por Cernuda fue la presentación por primera vez, en el año 1984, de la Sotheby’s Latin America Art Auction en Miami, así como la creación de Art Miami Fair y su rol en la promoción y comercialización del arte cubano y cubano-americano en la ciudad, así como el soporte desde las páginas de El nuevo Herald de críticos de la época como Rafael Casalins y Norma Niurka.
Haciendo un paralelo con los años de oscurantismo a ambos lados del estrecho de La Florida, Cernuda aludió a que Miami también tuvo su “quinquenio gris”, al referirse a la atmósfera enrarecida de la ciudad cuando en 1988, por primera vez, se presentara en Miami la obra de un artista cubano residente en la isla. El incidente que trajo consigo controversias, amenazas de muerte y actos terroristas, seguidos por una investigación del FBI, condujo a la demanda civil CERNUDA v. HEAVEY, cuya decisión contribuyó a allanar el camino dentro de la historia de promoción, exhibición y comercialización del arte producido dentro de Cuba en los Estados Unidos. Cernuda apuntaba en su intervención:
El caso judicial Cernuda contra el gobierno de Estados Unidos, caso Nº 89-1265, de septiembre de 1989, abrió las rutas y despejó el camino para la llegada legal y sin obstáculos del arte cubano de la Isla a los Estados Unidos de América. Ese día se dictaminó que las leyes del embargo no pueden ser aplicados al arte.
Este caso, asentado en la Florida, sirvió de precedente vital a la demanda presentada el 5 de junio de 1990 en corte federal al Departamento del Tesoro Americano por el The National Emergency Civil Liberties Committee (NECLC).
Howard Farber, en su intervención, introdujo la labor encomiable de la Farber Foundation a partir de sus primeras incursiones en el arte cubano que le llevaran a él y su esposa, Patricia Farber, a visitar la isla en 2001 como parte de un intercambio cultural organizado por el Metropolitan Museum, y luego, su visita a Miami:
“Un impulso hacia Miami pronto reveló muchos fabulosos, pujantes artistas cubanos que vivían aquí mismo. Era paradisiaco. Me reuní con ellos y compré obras de todos ellos.”

Foto: René Azcuy
En ese mismo año 2001 nacía The Farber Collection. El 2007 marca un año vital para la colección en su crucial misión, que amerita ser citada en este contexto:
La Colección Farber es una colección internacional. Reúne obras de artistas de origen cubano que residen en muchos países: Cuba, por supuesto, pero también México, Canadá, Estados Unidos, Alemania, y más allá. El impulso de adquirir estas obras no surgió de una motivación política. Por el contrario, comenzó como un esfuerzo por recuperar y preservar el arte de una época –arte que, en nuestra opinión, estaba en grave peligro de perderse. Muchos artistas salieron de Cuba a principios de 1990 pensando que su fama en La Habana se traduciría fácilmente en otros lugares. Algunos alcanzaron éxito internacional, pero otros batallaron por restablecer sus vidas creativas en circunstancias desafiantes de forma inesperada. Algunos, en Cuba y en otros lugares, abandonaron el arte por otras carreras. En muchos casos, el trabajo quedó atrás. Muchas piezas de la colección nunca han sido expuestas públicamente, ya sea en Cuba o en el extranjero.
En 2007, Cuba Avant-garde: Contemporary Cuban Art from the Farber Collection, exposición museística de carácter itinerante, pondría de relieve el carácter cohesivo de la colección y su rol vital dentro de la recuperación de una cultura escindida artificialmente y con inalienables vínculos comunes:
(…) Cuando la vi por primera vez, me di cuenta de algo muy profundo. Los artistas en The Farber Collection viven en todas partes del mundo, pero su arte es sobre Cuba y, entonces, el tema surgió, las obras de arte hablaron de un tiempo y un lugar en Cuba, de las personas que vivieron y amaron, y batallaron allí. Fue muy emotivo para mí y muy poderoso, y me puse a pensar, una vez más, en el siguiente paso.

Foto: Cuban Art News
La fundación, comienza a otorgar becas y residencias que no sólo se limitan a las artes visuales sino abarcan otras manifestaciones como el ballet, la música, publicación de libros y realización de documentales y, en 2009, se funda Cuban Art News:
Cuban Art News es una publicación en línea que informa las noticias en Arte Cubano de todas partes del mundo y a todas partes en el mundo. Reportamos sobre artes visuales, espectáculos y eventos, noticias de subastas, danza, música, nuevas publicaciones, arquitectura, e incluso filantropía. La necesidad estaba allí. Curadores, galeristas, coleccionistas, estudiantes, escritores y artistas de todas partes lo han hecho su referencia obligada para saber lo que sucede en la vida cultural cubana.
Seis años más tarde, The Farber Foundation (la Fundación Farber) lanza otro proyecto vital en su misión por reconocer, promover y premiar el arte cubano contemporáneo, al crear los Cuban Art Awards. Es de notar que, si bien con antelación existían ya premios dedicados al arte cubano, por mencionar los dos más notables, la beca CINTAS (estableció en 1963 por la Fundación CINTAS) o el Premio Nacional de Artes Plásticas (estableció en 1994 por el Ministerio de Cultura Cubana), estos importantes galardones -que tienen por su propio objetivo de salvaguardar y estimular la creación cubana enmarcada en limites geográficos (otra vez, la lamentable dicotomía dentro/fuera de Cuba)- enfatizan la separación de un único y riquísimo cause, que es, en definitiva, la cultura cubana. The Cuban Art Awards emplazado desde una perspectiva global de la producción cubana contemporánea, echa por tierra esta territorialización del arte cubano y reconoce toda la diáspora del arte cubano contemporáneo en su carácter global.

Foto: Ladyrene Pérez
Con tal motivo, The Cuban Art Awards se nutre de ocho nominadores y ocho jurados localizados en cualquier confín y premia la obra de artistas cubanos independientemente de su ligar de residencia. La primera emisión, presentada durante la Bienal de La Habana, en mayo de 2015, premió la obra de Alexandre Arrechea y de Celia-Yunior. En ese denodado esfuerzo por continuar borrando márgenes insubstanciales que lastran el continuum del arte cubano contemporáneo, durante su intervención en Dialogues in Cuban Art, Farber anunció su interés por celebrar la segunda emisión de The Cuban Art Awards in Miami.
La intervención de Peter Menéndez, centrada en el carácter personal y bien avisado de su colección que incluye nombres vitales como Félix González-Torres, Ana Mendieta, Carlos Alfonzo, José Bedia, Tomás Esson, Carlos Rodríguez Cárdenas, Luis Gispert, Leyden Rodríguez Casanova, Bert Rodríguez, Rafael Domenech, entre otros, fue el único momento dentro de todo el simposio en el que se hiciera referencia al hito vital dentro de la historia del arte cubano contemporáneo que significó la exposición histórica Quince Artista Cubanos: Exhibición Piloto, presentada por la Galería Ninart en 1991.
Quince Artistas Cubanos tiene el indiscutible mérito de vincular, desde fecha tan temprana, la producción de artistas cubanos de dentro y fuera de la isla, incluyendo la obra de artistas cubano-americanos como Félix González-Torres, Luis Cruz Azaceta y César Trasobares. En el prólogo del catálogo Nina Menocal exponía:
Por primera vez desde el inicio de la Revolución la exhibición que presentamos no distingue entre los artistas que radican en la Isla, los que trabajan temporalmente en México, y los que se fueron a Estados Unidos o se desarrollan allá. Me llena de alegría porque estos artistas –que se encontraban en Cuba, México, Miami y Nueva York-, aceptaron participar. Donde quiere que radican los cubanos de la nueva generación están imbuidos de un espíritu creativo que los ha hecho romper con las reglas del pasado. Quince Artistas Cubanos es una exhibición piloto, la primera en reunir cubanos de vanguardia de Adentro y de Afuera para cotejar identidad y raíces.
Una vez más la intervención de Peter Menéndez apuntó otro momento vital dentro de la historia del arte cubano contemporáneo, esta vez referida a la escena del sur de La Florida: The Miami Generation: Nine Cuban-American Artists. Presentada por el Cuban Museum of Arts and Culture en 1983, The Miami Generation parte de la idea original de Margarita Cano (La Habana, 1932), incansable promotora cultural, quien encomendó la curaduría al historiador y critico de arte Giulio V. Blanc (La Habana, 1955-Miami, 1995). En el catálogo afirmaba Blanc al referirse a los artistas incluidos en la muestra:
Para ellos Cuba es la revolución, el exilio, alcanzando la mayoría de edad en un país extranjero, el mito. El país es visto a través de los ojos de los padres nostálgicos y en las páginas contradictorias de los periódicos. (…)
Tenemos, entonces, una continuación del problema enfrentado por generaciones anteriores de artistas cubanos, siendo la única diferencia que los miembros de la generación actual tienen un conocimiento de segunda mano de Cuba y están interesados en los problemas como el exilio y el biculturalismo. Ellos tienen que ponerse de acuerdo con su herencia, sus vidas como miembros de una comunidad en el exilio, y reconciliar esto con una educación y costumbres de América del Norte o Europa.

Cortesía de Miami New Times
En 2014, el NSU Museum of Art Fort Lauderdale presentó The Miami Generation: Revisited, curada por Jorge Sanctis. El Dr. Juan Martínez, en una de sus concisas y pertinentes intervenciones durante el simposio, reconoció el papel de esta institución a lo largo de los años y, en específico, del curador Jorge Sanctis en el estudio y promoción de la obra de artistas cubanos y cubano-americanos.

Cortesía del NSU Art Museum Fort Lauderdale
A continuación, Martínez, acotaba con respecto a las colecciones privadas y el papel de las instituciones en la escena de Miami:
Si ustedes van a las casas de los coleccionistas de Miami, estarían maravillados de la cantidad y calidad de arte cubano contemporáneo en las paredes. Es realmente maravilloso, pero esto es sólo la mitad de la historia. Si van a las casas de otros coleccionistas, verán una cantidad y calidad increíbles de arte moderno cubano, probablemente más del que hay in Cuba ahora mismo. Asi que si ponemos eso junto, el arte cubano del siglo veinte está representado en Miami tan bien como en cualquier otra ciudad del mundo, incluida La Habana.
(…) Lo que está faltando para mi, en esta ecuación, son las instituciones públicas que no lo están exhibiendo, que no están armando ninguna exposición comprensiva lo mismo del arte moderno o contemporáneo cubano. (…) Estoy seguro que si se nos permitiera acceder al almacén de este museo, encontraríamos una buena cantidad de arte cubano allí, y este no es el único museo en la ciudad. Es así que, lo que yo encuentro que falta en esta ciudad es, realmente, el soporte público institucional para todo este arte.
Habría que sumar a ello, la ausencia de una sistematización del arte cubano desarrollado por al menos medio siglo en Miami, y la falta de un estudio comparado del arte cubano en Miami que se remonta a la decada de los setenta y el arte desarrollado paralelamente en la isla durante el mismo período. El arte cubano de Miami comprende un cuerpo de obras por momentos incomprendido a nivel local y cuya sintonía con lo que ocurría en La Habana es altamente reveladora.
En este sentido, destacan el rol pionero del arte conceptual de artistas como Fernando García o las irreverentes intervenciones del grupo Nada (Tony Allegro, Janet Paparelli, Fredric Snitzer, Adalberto Delgado, José González Boada y Fernando García), hasta llegar a generaciones de artistas más jóvenes entre los que destacan la obra de Luis Gispert, José Parlá, Teresita Fernández, William Córdoba, Leyden Rodríguez Casanova, Bert Rodríguez, entre otros tantos.

Foto: Cuban Art News
Siguiente: El informe sobre los paneles de artistas y curadores, y una evaluación del simposio en su conjunto.