
Muchos historiadores de cine consideran la década de 1960 la edad de oro del cine cubano. Desde el próximo viernes 20 de marzo hasta el 31 de marzo, la Academia de Música BAMcinématek en Brooklyn exhibirá una selección de esta época importante en la historia de Cuba, presentada como parte del Festival de la Cultura Cubana de Nueva York.
El 24 de marzo de 1959, apenas tres meses después del triunfo de la Revolución Cubana, el gobierno revolucionario crea el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Los principios fundamentales del ICAIC se formularon bajo la dirección de su primer director, Alfredo Guevara. El cine fue visto tanto como una forma de arte que como una herramienta para educar a las masas. Luchando por la autenticidad, el ICAIC pronto produjo una serie de filmes y documentales dramáticos. Formalmente radicales y con una gran carga política que reflejaba la agitación social de la época, muchas de estas obras ganaron reputación y premios en los principales festivales internacionales de cine.

Cortesía Depth of Field
Cuba: Golden 60s abre con Lucía (1968) de Humberto Solás. El drama de tres partes se centra en tres períodos importantes de la historia de Cuba: 1895, durante la guerra de independencia contra España; 1932, durante las luchas contra la dictadura de Machado; y la década de 1960, cuando la nación promueve los nuevos ideales revolucionarios. Los personajes principales de cada etapa, de nombre Lucía, proceden de diferentes clases sociales y son interpretados por actrices diversas. Las luchas del pueblo cubano se reflejan en la vida (y los amores) de estas tres mujeres que luchan contra la opresión de la sociedad (y de los hombres). Esta obra de Solás ha sido comparada a menudo con Luchino Visconti, Elia Kazan, y la Nueva Ola Francesa.
Algunos de los directores originalmente contratados por el ICAIC habían estudiado cine en Europa, incluyendo a Tomás Gutiérrez Alea (Titón), representado en la serie BAM con dos importantes obras: Memorias del Subdesarrollo y Muerte de un burócrata. Memorias del subdesarrollo (1968), nombrada una de las mejores películas de 1968 por el New York Times, se basa en la novela Memorias Inconsolables por Edmundo Desnoes. Presenta a un burgués alienado, Sergio (interpretado por Sergio Corrieri), que se queda en La Habana después de que sus padres y su ex esposa salen para Miami en 1961, a raíz de la invasión de Playa Girón. Sergio, intelectual y aspirante a escritor, pasa mucho de su tiempo a solas en su apartamento de lujo, observando los cambios sociales y meditando con condescendencia en la vida de un país subdesarrollado, o paseando por las calles para conocer mujeres. Estilísticamente, la película establece una resonancia dialéctica mediante la yuxtaposición del monólogo interior de Sergio que refleja su psicología, con material documental que muestra los eventos del tenso periodo previo a la crisis de los misiles de 1962, y escenas de ficción de los encuentros de Sergio. Esta complejidad estilística motivó muchas personas a ver la película varias veces.

Cortesía BAMcinematek
La Muerte de un burócrata (1966), su filme anterior, es una farsa absurda y una sátira atrevida de la ineficiencia gubernamental. Cuando muere un inventor, que ha desarrollado una máquina para producir en masa estatuillas oficiales del héroe cubano José Martí, es enterrado con su tarjeta de trabajo en el bolsillo. Por desgracia, su viuda necesita ese documento para cobrar la pensión que se le debe. La familia tiene que lidiar con trámites burocráticos interminables para que el cuerpo sea exhumado. Finalmente, un sobrino recurre a robar a la tumba. La muerte de un burócrata es una disparatada comedia de humor negro con ecos de Charlie Chaplin, los Keystone Kops, y Laurel y Hardy.

A falta de cineastas cubanos experimentados, ICAIC contó con cineastas europeos establecidos para entrenar los nuevos talentos cubanos. Entre ellos se encontraban Joris Ivens (Holanda), Agnès Varda y Chris Marker (Francia), Cesare Zavattini (Italia), y Mikhail Kalatozov (Rusia). Kalatozov, cineasta soviético premiado (Cuando vuelan las cigueñas, 1957), dirigió Soy Cuba (1964) a partir de un guión del poeta soviético Yevgueni Yevtushenko y el novelista y dramaturgo cubano Enrique Pineda Barnet. Usando largas tomas, lentes de gran ángulo, y cámara en mano, este filme intentó capturar y elogiar la revolución. Coproducción Mosfilm-ICAIC, Soy Cuba cuenta con un espectacular trabajo de cámara por el célebre cinematógrafo soviético Sergei Urusevsky, ayudado por el operador de cámara Alexander Calzatti, autor de las asombrosas tomas móviles y en mano. La partitura musical atmosférica fue del compositor cubano Carlos Fariñas, y el actor cubano Sergio Corrieri (Memorias del subdesarrollo) también tuvo un papel en este hito del cine cubano.
A pesar de esta impresionante lista de talentos a nivel internacional, Soy Cuba fue dejada de lado tanto en Cuba como en la Unión Soviética después de una semana de proyección -a ninguno de los dos gobiernos le gustó la película. Un miembro del equipo cubano más tarde dijo: «Muchos cubanos no sintieron que la película reflejara las características nacionales. Es la realidad cubana vista a través de un prisma eslavo”. La película se mantuvo oculta durante casi treinta años hasta que el Pacific Film Archive averiguó que Martin Scorsese y Francis Ford Coppola estaban interesados en presentar la película a nuevos públicos. Fue restaurada y presentada en el 2008 por Milestone Films, en un conjunto de tres DVDs con materiales auxiliares.
Las aventuras de Juan Quin Quin (1967), de Julio García Espinosa, fue una de las primeras comedias de largometrajes de la Cuba revolucionaria, y una de las más populares. Es una parodia, ambientada en la Cuba prerrevolucionaria, con un campesino cubano que trabaja como agricultor, monaguillo, torero, actor de circo (¡como Jesús en la cruz!), y finalmente como guerrillero en contra del gobierno. Con un enfoque al estilo cómic, la película incluye varios géneros de cine, con intertítulos autocríticos, secuencias y dibujos animados con bocadillos de sus personajes.

La Primera Carga al Machete de Manuel Octavio Gómez (1969) es algo completamente diferente: un docudrama que recrea la primera batalla a machetazos en la lucha por la independencia, en 1868. La película adopta un estilo testimonial, con el trabajo de cámara y “entrevistas” con los participantes, tanto cubanos como españoles. Este enfoque documental de televisión se complementa con secuencias que se asemejan a viejas grabaciones de noticiarios y fotos con personas que posaron como si se tratara de fotos históricas. El machete –de herramienta de trabajo- se convierte en protagonista.

Un programa de cortometrajes realizados por Santiago Álvarez completa la serie en BAMcinématek. Estos potentes collages cinematográficos usan material de archivo de noticiarios estadounidenses y de otras fuentes para criticar los abusos contra los derechos civiles en los EE.UU y la participación de esta nación en la guerra de Vietnam. Se incluye la famosa ¡Now! (1965, 6 min.) de Álvarez, una de sus obras más conocidas. Con la melodía de «Hava Nagila», la cantante/actriz Lena Horne presenta la nueva letra de Betty Comden, Adolph Green, y Jule Styne, convirtiendo ¡Now! en un himno cantado, acompañado por fotos e imágenes que denuncian la violación de los derechos civiles y los maltratos a activistas en el sur del Estados Unidos de 1960.
La serie en BAMcinématek se presenta como parte del Festival de la Cultura Cubana de Nueva York, que celebra el 15 aniversario de los Amigos Norteamericanos de la Fundación Ludwig de Cuba (AFLFC). Es co-presentada con el Festival de Cine Cubano en Nueva York (HFFNY). El Festival de la Cultura Cubana también incluye conciertos, espectáculos de danza y exposiciones de arte. Para obtener más información, haga clic aquí.