En el aniversario quinto de la creación del blog Cine Cubano, la pupila insomne, Carlos Eduardo Maristany Castro entrevistó vía electrónica a su creador, el crítico e investigador cinematográfico cubano Juan Antonio García Borrero, para obtener detalles y opiniones sobre uno de los blogs culturales más controversiales de Cuba.

Cortesía de Perlavisión, Camagüey
El cine cubano de todos los tiempos tiene la suerte de contar con la pupila insomne de Juan Antonio García Borrero (Camagüey, 1964); un cubano especial que mira sin descanso y ojo crítico. Abogado de profesión, Juan Antonio es un profundo pensador del cine. Su obra publicada supera la decena de libros, además de la coordinación de varios volúmenes colectivos. Ha recibido en dos ocasiones el Premio Nacional de la Crítica Literaria.
Desde febrero del año 2007, García Borrero comenzó a escribir el blog Cine Cubano: La Pupila Insomne, espacio de reflexión para “enriquecer las miradas en torno al cine cubano”. A pesar de las inestables y lentas condiciones de acceso a Internet, más aún desde Camagüey, donde reside, Borrero ha escrito más de mil entradas y es ya uno de los blogs más serios sobre cine cubano a escala internacional.
¿Cómo surgió su blog Cine Cubano, la pupila insomne?
Fue creado en febrero del 2007. En esos momentos me encontraba en España con una beca de la Fundación Carolina. En ese tiempo, había ganado gran intensidad el intercambio de mensajes electrónicos entre los intelectuales cubanos, a propósito de la reaparición televisiva de algunos funcionarios que en la década del setenta fueron protagonistas activos del llamado “quinquenio gris”.
En aquellos instantes la blogosfera cubana apenas comenzaba a configurarse. En lo personal sentía una gran curiosidad con las nuevas tecnologías, y las posibilidades que ofrecen de democratizar la intervención ciudadana en la esfera pública. Desde luego, es una democratización relativa, porque si no hubiese coincidido de que yo estuviera disfrutando en aquella ocasión de la beca, viviendo en un país donde la posibilidad para conectarte es fantástica, tal vez jamás me hubiese iniciado en esto que ha terminado siendo un vicio.
¿Con qué frecuencia se actualiza este blog?
Antes utilizaba la plataforma Nireblog y podía actualizarlo casi a diario. Pero ahora con WordPress es imposible. Así que lo hago desde la sala de navegación de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) siempre que tenga oportunidad. Y no es tan sencillo, porque la conexión es de pesadilla, y hay apenas cuatro máquinas y un montón de miembros que, como es lógico, quieren navegar.
En las palabras de presentación del blog, expresó: “Desde aquí intentaremos fomentar lo que otras veces hemos llamado ‘la cultura de la polémica’, hablando del cine cubano, pero también de su crítica y de su público. Será un intento de aproximación a la cultura cinematográfica, entendida como un conjunto de prácticas donde es posible percibir la existencia de las películas, pero también la influencia de estas sobre la época (o de la época sobre ellas)”. Usted no solo publica ahí contenidos de su autoría, sino también de otras personas.
Siempre les recuerdo a los lectores que esta es una página personal. Incluso cuando publico textos con los cuales no coincido en sus ideas centrales, o que cuestionan aquellas que he expuesto, estoy reflejando un punto de vista personal. Para publicar en mi blog solamente hay una regla: respetar al ser humano que expone las ideas. Todo lo demás es atendible, aun cuando pueda ser impugnable.
Háblenos de la gestión colectiva de La Pupila…
Esa gestión colectiva ha sido involuntaria. Nunca tuve pretensiones de agrupar a nadie, porque además, nunca me ha interesado demasiado figurar como líder de nada. Alguna vez me ofrecieron oficialmente dirigir la Cinemateca de Cuba, y a pesar de lo tentador que podía resultar para un investigador de cine ese cargo, opté por declinar. Incluso dirigí la Primera Muestra de Nuevos Realizadores, y quedé muy contento con su saldo, pero preferí que otros siguieran al frente de ella.
Me siento más cómodo con la relativa independencia intelectual que brinda proponerse algo desde uno mismo, aunque fracase. Aun así, el blog ha funcionado como un espacio con cierta capacidad para atraer. De allí que puedas encontrar contribuciones de numerosos cineastas, críticos, y creadores del audiovisual cubano. El blog sí ha operado como esa especie de café virtual que alguna vez propuse, donde un grupo de amigos, conocidos, o interesados en el tema, se sientan a hablar (a veces con mucha algarabía, como suelen hacer los cubanos) de los más diversos temas relacionados con Cuba, su cine, su público y su crítica.
El blog presta especial atención al público del cine cubano. ¿Por qué esa necesidad?
Esta es una de las asignaturas pendientes que tenemos en Cuba. Me refiero al estudio de todo lo que tenga que ver con la recepción del audiovisual. Tenemos una idea bastante precaria de eso que llamamos “público del cine cubano”. En el blog he tratado de introducir la discusión de esos temas, pero la gente sigue prefiriendo hablar de lo que ve antes de examinar críticamente al que ve (y que incluiría a esa misma persona que habla o escribe).
¿Puede aún hablarse de un público del cine cubano fuera de Cuba?
El cine cubano, como corpus, estuvo de moda en los sesenta, coincidiendo con el inicio del proceso revolucionario iniciado por Fidel Castro en 1959. La escuela documental de ese período conoció de una formidable recepción, sobre todo en los círculos de izquierda de Europa. Luego, en la misma medida en que comenzó a institucionalizarse el orden revolucionario (y el cine no podía escapar de ese mundo cada vez más reglamentado), la acogida comenzó a variar, y a hacerse menos intensa.
Sigue existiendo sobre todo un interés académico (yo mismo he tenido la oportunidad de exponer ideas en torno al cine cubano en varias universidades del mundo, ya sea en Estados Unidos, España, Francia, Brasil o Argentina, por mencionar algunas), pero tengo la impresión de que las expectativas de los oyentes muchas veces tienen un carácter “arqueológico”. Siempre que he podido, he tratado de que se hable del cine cubano, y del audiovisual, como un proceso que aún sigue vivo. Como algo dinámico y complejo. Pero la realidad es que, al igual que todo el cine que no es Hollywood, el cine cubano sigue siendo un cine sumergido.
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